domingo, 26 de mayo de 2013

Tick

Tack tick tack tick tack tick tack tick tack tick...

Las pupilas seguían el péndulo oscilante del reloj de un lado a otro. Era acompasado. Hipnótico. 
Exasperante. Te robaba la vida poco a poco. Demasiado simétrico, demasiado perfecto. Tick. Y luego tack. Quería que parase pero no paraba. Quería dejar de mirarlo pero no podía. Por un momento los latidos  del corazón se habían unido a la frecuencia como por cuestión de empatía. 
Un sudor frío le cubrió la frente y empezó a gotear por las sienes, arrancándole algunos escalofríos cuando notaba el camino que se abrían paso por su mandíbula. Pero estaba paralizado. No era capaz de hacer otra cosa que no fuese seguir el compás del reloj con la mirada. 
La vista se le empezaba a cansar. Los párpados pesaban. La mente se le apagaba, se estaba quedando dormido. Tick, tack, tick tack. Cada vez lo oía más lejos. Repitiéndose una y otra vez. Empezaba a emborronarse la imagen. El péndulo seguía moviéndose. Derecha, izquierda, derecha, izquierda
Qué sueño. Pestañeó, esforzándose por no cerrar los ojos. El reloj empezó a moverse también. Ondulante. Se perdió en ese movimiento, que parecía fluir. Su cuerpo perdió las últimas fuerzas con él. Se quedó dormido. 

Tick, tack,
                                     silencio.

1 comentario:

Andrea dijo...

He pensado en la clase de Física por eso de ondulante, LOL. Puedes pegarme si quieres.

¿Por qué no me avisas cuando subes? Ay :'( Me he dado cuenta de que habías subido por casualidad, porque no miro demasiado la lista de lectura.

Me ha gustado mucho la entrada ^^ Cortita, pero muy bien escrita.