miércoles, 27 de febrero de 2013

I go out of my mind


«Nació con el don de la risa y con la intuición de que el mundo estaba loco.

Y ese fue todo su patrimonio» Scaramouche.



Es séptima hora y ya no puedo más. Quiero salir de allí como sea, tengo hambre y una mala sensación por todo el cuerpo, angustia. Así que ni siquiera espero a mis compañeras cuando el timbre rompe la monotonía.
En casa me cierro la puerta aunque esté sola y me tiro a la cama agarrándome a un almohadón y hundiendo el rostro en él. Quiero llorar tanto que no tengo lágrimas suficientes.

No levanto la cabeza porque sé que está a mi lado, sentiría su presencia desde cualquier lugar del mundo. Es lo que pasa cuando algo forma parte de ti, supongo. Pero esta vez no se a que ha venido, seguramente a empeorarlo todo.

No deberías sentirte así, no puedes hacer más, no es un fracaso del que tengas remedio.

Creo que nunca te lo han dicho, Leo, pero no vales nada como consuelo.

   Entonces se ríe, con su risa suave (que hace parecer que reír es fácil) y por eso termino mirándolo a través de la maraña de pelos que tengo en la cara. Él me aparta con cuidado unos mechones y me pone una sonrisa inocente.

Sabes que no soy real ¿verdad?  susurra, casi hasta con pena y yo me rompo por dentro un poquito más. Lo miro a las pupilas y me veo reflejada.
Duele suficiente para que empiece a llorar.

A veces cuesta creerlo  respondo yo con el hilo de voz que me queda antes de que también se rompa mi voz.





jueves, 21 de febrero de 2013

Personas, a fin de cuentas

I feel the heat, I see the light
Off Miss Atomic Bomb


Luisiana tiene un secreto. Uno pequeñito, pequeñito, pequeñito. Para medidas exactas, tiene el tamaño de la uña del dedo meñique de su pie y está escondido justo detrás de la punta de su oreja derecha.  
Es una estrella de David. 

Y ella no es judía. Ni tampoco es porque tenga amigos judíos, o parientes. 

Solo ella sabe bien por qué está a favor de Israel, con todos los peligros que conlleva. 

También hay otra cosa. Pero no es un secreto, es solo que no se molesta en decirla. Porque seguramente los demás no la entiendan. 

Picasso era un artista, uno de esos que hacen historia y salen en el TIME de portada dos veces. Que encontró con sus pinceles la cuarta dimensión. Pero a Luisiana Picasso no le cae bien, es un artista no lo duda, pero no cree que fuese un hombre honrado.

No le perdona a los famosos por el simple hecho de ser famosos hacer cosas que a otra gente le cuesta su correspondiente precio. 

Es incapaz de hacer lo que hacen los demás. Que cometan un crimen y decidan dejarlo estar, olvidarlo, que engañen y les perdonen, que traten a los demás como a perros y escondan el rabo, que prefieran ignorar lo que los hace miserables porque poseen algo que los demás no tienen.
Por cantar, componer, pintar, bailar, actuar, escribir o nacer en la realeza. 
Porque han nacido con un talento (o con suerte) y por eso se les "ha de perdonar todo".
 Porque solo nace uno cada mucho, mucho tiempo, un genio, un prodigio, alguien a quien imitar, por quien gritar y llorar, por quien suspirar. 
No cree en eso.

Así que Luisiana no los perdona, porque también son personas y el mundo no gira por ellos. Ni mucho menos para ellos. 

No son distintos. También lloran. También sangran. 

Y no le parece mal el ego, ni una mentira engordada a base de rumores. Es cuando cruzan el límite, cuando ya no se trata de lucirse, si no de lo que hacen cuando las luces del escenario se apagan. Hay quien sabe ser famoso.

Hay quien enferma de fama. 


No perdona algunas cosas a Picasso. Aunque también le da igual, sus cuadros son bonitos y él está muerto, qué más da, no quiere poner a nadie en contra de su fantasma (¡descanse en paz!), que los demás piensen lo que quieran. 

Y él fue un artista. Porque hizo arte. Cambió un poco la manera de ver las cosas y todavía hoy cambia las vidas de la gente. 
No falla en eso. Picasso fue un buen artista.

Pero no fue un artista como persona. 


Y Luisiana cree que eso en realidad es lo que importa luego, no lo que dejes a la memoria de desconocidos cuando te estés pudriendo en el infierno. 


Primero se triunfa como persona. Luego se triunfa como talento.



But you can't survive 
When you want it all